Peeing under surveillance: bathrooms, gender policing, and hate violence

The experiences of trans and gender non-conforming people in public restrooms confirms what feminist scholars have been saying for decades: public space is not a neutral space, rather it is where power is enacted. In this intervention, I extend Foucault's analysis of docile bodies to gender, suggesting that sex-segregated bathrooms are technologies of disciplinary power, upholding the gender binary by forcing people to choose between men's and women's rooms. The resulting lack of safe access to public restrooms is an everyday reality for those who fall outside of gender binary norms. Faced with a built environment that denies their existence and facilitates gender policing, I argue that trans and gender non-conforming people sometimes engage in situational docility. Bodies are adjusted to comply with the cardinal rule of gender - to be readable at a glance - which is often due to safety concerns. Changing the structure of bathrooms to be gender inclusive and/or neutral may decrease gender policing in bathrooms and the need for this situational docility, allowing trans and gender non-conforming people to pee in peace. ResumenLas experiencias de las personas trans y genero-disconformes en los banos publicos confirma lo que lxs academicxs feministas han estado afirmando durante decadas: el espacio publico no es un espacio neutral, sino que es donde se ejerce el poder. En esta intervencion, extiendo el analisis de Foucault de los cuerpos dociles al genero sugiriendo que los banos segregados segun el sexo son tecnologias de poder disciplinario, sosteniendo el binario de genero al forzar a las personas a elegir entre bano de hombres o de mujeres. La resultante falta de acceso seguro a los banos publicos es una realidad cotidiana para aquellos que caen fuera de esas normas binarias de genero. Enfrentadxs a un ambiente construido que niega su existencia y facilita la vigilancia de genero, sostengo que las personas trans y las personas genero-disconformes a menudo se ven envueltas en una docilidad situacional. Los cuerpos se ajustan para cumplir con la regla cardinal del genero -para ser legible en un vistazo- lo que a menudo se hace por cuestiones de seguridad. Cambiar la estructura de los banos para ser genero-inclusivos y/o neutrales podria disminuir la vigilancia de genero en los banos y la necesidad de esta docilidad situacional, permitiendo a las personas trans y genero-disconformes orinar en paz.